Pocas cosas ocurren por casualidad, esta tampoco. Arañando entre las costuras de mi pequeña biblioteca, ha surgido una deuda, no una duda. Le debía unas palabras a unos versos. Unas palabras que han tardado meses en crecer, como una “Fortaleza de Viento, de la escritora madrileña Letizia Molina (1976) y es que a esa fortaleza resulta gratificante acercarse para disfrutar de sus paredes hechas estrofas transparentes, arrolladoras y musicales, porque dice la poeta: “Me llaman por mi nombre para que no lo olvide. Y desde su garganta el otoño improvisa verdades caudalosas, mentiras como pétalos…”
La Editorial Lastura
vuelve en esta ocasión a apostar con acierto por una escritora que viene ataviada
con unos zapatos poéticos. sorprendentes por su profundidad, delicados y
seguros, decididos a llegar a lo más alto de las letras madrileñas y
contribuye a valorar en lo que se merece
el arte de hacer poesia, porque leer a esta poeta, es sinónimo de disfrutar.