lunes, 26 de abril de 2021

LOS ESTRIMNIOS: EL SECRETO DE TATHAMET.


 Cuando llegué a la roca que separa los dos mundos, el pastor estaba demacrado, tenía los ojos casi fuera de sus orbitas, gritaba y se lamentaba, aunque nadie podía oírle. Entre sollozos, lo primero que me dijo fue que aquella tarde le había regalado a una de sus hermanas uno de los bastones con los que siempre había guiado a sus cabras. Aquella noche me llamó con su silbido, pero no era habitual, me pareció extraño. 

 Gracias a la luna llena no necesité antorchas ni velas. para llegar a su cabaña

 Me recibió sentado sobre la gran roca de granito negra que se levantaba al oeste. El cielo debía de parecerle misterioso, fantástico. Hasta pasados unos minutos, que me parecieron siglos, no se percató de mi presencia. Me recibió el ladrido de sus perros. Cuando se
dio cuenta empezó a hablar como si le faltara el tiempo.

Entonces me enteré de que el pastor todos los segundos jueves de cada mes, que en su nombre tenía la letra “r”, se subía a aquella roca de granito, que según los antiguos separa los dos mundos, para encontrarse con él, que sólo se aparecía el día de la primera luna llena de los meses que llevan su nombre la letra “r”.  Ese era el primero de los secretos  que Tathamet, el dragón del Diablo, le reveló, pero no el más importante y que había guardado celosamente, hasta aquella noche. Necesitaba hablar, contarme que aquel misterioso animal al que todos consideraban el guardián de los enigmas, le había concedido el deseo de vivir hasta el día en el que repartiera algo suyo, por liviano que fuera, con cualquiera de sus tres hermanas. Desde aquel día decidió vivir solo, para evitar cualquier tentación.        

Tuvo que asumir que nunca necesitaría nada de ellas y ellas tampoco le necesitarían a él. Fue como si las hubiera matado y aquella culpa le había torturado durante todos los años de aquella larga vida, hasta aquella noche en la que había vuelto a ver a Tathamet; por eso silbó con tanta insistencia aquella noche.

 


 


No hay comentarios:

Publicar un comentario