A veces el
papel en blanco de un adicto a la escritura se llena de borrones, máscaras que
esconden pensamientos perdidos, mientras en el universo que le circunda - de
rodear, no de circo –, proliferan las mascarillas como en un siniestro carnaval
y yo me pregunto ¿Para qué sirven? Si, se la respuesta. Para protegernos, ¿Pero
de quién? Esa es una réplica que espero de la sagacidad del lector, porque todo
lo que se impone por ley por parte de los poderes públicos cuya misio es
defender al ciudadano, debe ser gratuito.
Tal vez ese sea el negocio que se trata de ocultar, porque si algo
resulta obligatorio y se nos impone
desde la esfera de los gobernantes,
esta imposición no debiera llevar un coste adicional, es decir, sin
tapujos debería ser gratis y proporcionada
por los poderes públicos que tienen como misión proteger al pueblo, pero
esto es una utopía, un carnaval,
con su doña Cuaresma y más ¿Acaso las mascarillas que
Fabricamos en casa no nos protegen igual
o mejor que las que nos venden? ¿o es cuestión solo de sacar tajada y pagar impuestos?
A pesar de estar inmerso en una sociedad laicista, anticlerical y sin valores, ¡Que
Dios nos pille confesados!
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