¿Y que se esconde “En el temblor común?
Cuarenta poemas que parecen pasos a lo largo de las
horas, no en vano dice el autor en su subtítulo que se trata de “un libro de
horas” marcadas, a la antigua usanza, por la Liturgia Monacal del Medievo.
Y suena la primera campanada, “el primer pensamiento, el primer
presentimiento”. “Laudes. Si, es la hora”. “La hora postrera d

e los
duendes” y el pincel baila de gozo en la paleta, componiendo un cuadro de
exquisita prosa poética, comprensible y actual, que se mantendrá a lo largo de
toda la obra. 

Es en suma un recorrido por la jornada de pintura
del poeta, por todas las salas de esta galería, hasta llegar a la hora de la
calma, siguiendo la estela del “Ora et labora” que se perfila esculpiendo
cuadros o dibujando sentimientos luego modelados en versos, con los que se va
entrando en un camino de sencillez que el artista ha trazado de antemano, para
deleite de todos sus lectores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario