jueves, 8 de noviembre de 2018

MI PEQUEÑO JARDÍN




En mi pequeño jardín ha nacido un pimiento. Es rojo y me saca los colores, fuerte y quiere me cuide.  Rugoso igual que mis arrugas, crece, le envidio y me siento diminuto.  Le riego con la lluvia de la luna y las palabras y él se da la vuelta para verme. Todos los días le acaricio con mi aliento de lluvia o de sequía y siento como vence a todas horas al otoño, como el niño roble, que crece cerca, son esos amigos que me dan vida, aunque aún no me den sombra.
A veces, escarbo en mis raíces, que son las suyas y le pongo tierra nueva, recuerdos como espejos abonados de otras vidas, que se enredan en sus ramas, que son también mis ramas.  Otras veces me gastan una broma, mientras juegan a parar las agujas de mi reloj de bolsillo, regalo de mis reyes magos. Ahora esos dos magos están en una caja de madera labrada con mis manos, con mi cuchara y mi tenedor, ya jubilados, tal vez sentados conversando sobre el tiempo que no pasa. Yo sé dónde están y no los veo, pero siento a su lado mi pequeño jardín que vive; y no lo oigo, pero ellos, mis árboles, mis magos, mis espejos, sus ramas y sus frutos no dejan de susurrarme palabras que no entiendo.  Empezaré a estudiar su idioma.

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