martes, 18 de agosto de 2020

MI CORONA: CUATRO “NON CREDERE” GIL HERNANDO DE SANTIAGO

             Cuando me roban la fe, solo me quedan espinas.

Cuando me dicen que lo importante para acabar conel COVI 19, es reforzar la atención primaria y cierran mi centro de salud por la tarde después de desatascarse el intenso colapso de la mañana, me roban la fe.

            Cuando me dicen que no hay médicos ni sanitarios suficientes para hacer frente a la pandemia, y veo la precariedad de sus contratos, entiendo la fuga de cerebros españoles hacia un país donde se les trata mejor, siento que me roban la esperanza.

Cuando veo que se admiten manifestaciones extrañas, que no se prohíbe el botellón, que no se multa a los padres de los menores que transmiten la enfermedad, cuando veo que no se suspenden lasfiestas nocturnas ni se cierran los locales de ocio, pero cerrados, cuando veo a la policía local pasar por una terraza con turistas hacinados, sin multar al establecimiento, por si acaso.

Cuando me siento envenenado por la contaminación informativa, me faltan letras para escribir y medios para divulgarlo. Cuando me entero donde se van de vacaciones, porque eso no lo dicen, y lo que en ellas despilfarran, se me enciende la sangre, entiendo a los revolucionarios y no pienso. Con el mío se encienden todas las linternas de los telefonos móviles para gritar en silencio que no soporto la estafa, que se ha roto la rosa y se ha caído del puño que la sostenía.

  

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario