sábado, 8 de agosto de 2020

MI CORONA TRES: LA OSADÍA A FLOR DE PIEL

 

 

 

A veces la osadía es tan atrevida como la ignorancia. Cuando hay hambre de notoriedad, se suelen denominar aciertos a aquellos hechos, golpes de estancia, que o son más que errores, que luego la historia se encarga de desencantar, de corregir, olvidando a los que los impulsaron. Sus promotores bailan, cobran, a veces no pagan, y siempre dicen “que les quiten lo bailao”.  Nuestro Rey se ha ido por las presiones recibidas que todos sabemos de donde parten y a lo que aspiran, aunque no salgan en la letra impresa. Eso sí, decisiones arbitrarias enconos lentes, precipitadas, llenan páginas vacías, con ríos de tinta. Mas valiera que en lugar de tinta esos ríos llevasen agua para lavarse bien. ¿Y las casa con los cambios, a que se las encargamos? ¿A algún amigo suyo? No pasa nada, las pagan los de siempre, y como siempre somos los mismos los que nos lo llevamos. Seco si, como buenos camaradas, y como siempre para dar ejemplo, sin repartir con nadie. El ejemplo que lo de otro.

 

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