domingo, 23 de agosto de 2020

EL MANIFIESTO POR GIL HERNANDO DE SANTIAGO


 

No es necesario un manifiesto en favor de Don Juan Carlos, basta solo el sentido común, aunque a veces hacer entrar en razón a los que no la tienen supone un esfuerzo y un desgaste. A veces conviene dejar claro que el principio de presunción de inocencia es universal, no solo para quienes lo precisan ahora, aunque antes y para otros casos no lo considerasen.

Los tiempos que vivimos, en los que queda claro que el puño debilitado, no tiene fuerza para sostener a la rosa si no es con ayuda del veneno, – aunque eufemísticamente se llamen fertilizantes, pero que todos saben os lo que son -, nos obligan a ser pacíficos, pero beligerantes. En este caso la coherencia y la beligerancia van unidas, aunque solo sea porque los firmantes de este manifiesto conocen la historia y la han vivido, posiblemente desde una ideología heterogénea, pero con una meta común: La paz y la concordia. 

Y es que, pese a lo que quieran decir algunos. “La monarquía parlamentaria, asi como el conjunto de la Constitución de 1978, han propiciado una España moderna, con un sistema político, económico y social avanzado, fraguado en la libertad, en la justicia y en la solidaridad.”

 

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