No es necesario un manifiesto en favor de Don Juan Carlos, basta solo
el sentido común, aunque a veces hacer entrar en razón a los que no la tienen
supone un esfuerzo y un desgaste. A veces conviene dejar claro que el principio
de presunción de inocencia es universal, no solo para quienes lo precisan
ahora, aunque antes y para otros casos no lo considerasen.
Los tiempos que vivimos, en los
que queda claro que el puño debilitado, no tiene fuerza para sostener a la rosa
si no es con ayuda del veneno, – aunque eufemísticamente se llamen
fertilizantes, pero que todos saben os lo que son -, nos obligan a ser
pacíficos, pero beligerantes. En este caso la coherencia y la beligerancia van
unidas, aunque solo sea porque los firmantes de este manifiesto conocen la
historia y la han vivido, posiblemente desde una ideología heterogénea, pero
con una meta común: La paz y la concordia.
Y es que, pese a lo que quieran
decir algunos. “La monarquía parlamentaria, asi como el conjunto de la
Constitución de 1978, han propiciado una España moderna, con un sistema
político, económico y social avanzado, fraguado en la libertad, en la justicia
y en la solidaridad.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario