1.
LOS ÍBEROS: [1]
LA CUEVA DE TUBÁL
Pero de eso había pasado ya mucho tiempo. De ellos se
encontraron algunos que ahora son considerados un tesoro y están guardados en
el museo antropológico de la ciudad.
Dicen que cuando el antropólogo Diego de Sandoval
entró por primera vez en aquella nave, dispuesto a descubrir la verdad sobre la leyenda de Tubál, aquél personaje
fantástico héroe de los Íberos, del que decían que era nieto del mismísimo Noe
y que narraba el jorobado en uno de sus cuadernos, lo primero que le llamaron la
atención los restos de un viejo confesionario adosado a aquella pared encalada,
que ahora estaba medio derruida, pero que sin duda perteneció alguna vez a uno de los muros de carga de la vieja
iglesia románica del lugar. Cuentan también, que Diego de Sandoval era un
hombre extraño, solitario y que se guardaba sus descubrimientos, tan
celosamente como aquel jorobado de antaño.
Dicen que la luz del foco adosado a su casco iba
iluminando la estancia, dejando ver en la pared una diferencia de color entre
los distintos blancos del enyesado que señalaban la separación, y fue allí
donde el pico del investigador empezó a clavarse para descubrir aquel misterio.
Y en el hueco, que se abría, cada vez mayor, surgían
en su mente preguntas, una por golpe de piqueta; pero las respuestas
permanecían ocultas en lo más recóndito de aquel pasadizo, que se abría poco a
poco sin que se pudiera descubrir su última abertura. A base de escalones
cortados en la roca, descendía tal vez, por la orilla de un rio subterráneo,
hasta la morada de Tubál, el rey.
En las paredes entre las estalactitas, las sombras de
unos esclavos llevaban en sus manos una especie de joyas para cambiarlas por
espadas de piedra y, otros aferrados a los árboles buscaban alimento.También se
cuenta que Diego de Sandoval, sujeto a una cuerda de orientación, dicen que iba
fotografiando en su libreta, a golpe trazo de lápiz, cuanto se le aparecía en
la pared, que era, la más fiel de las historias de Hespérida jamás contada.
[1] La
figura no es un cuadro, sino que responde al nombre de “ Balaar”, un dios celta cuya representación simbólica forma parte de mi colección de
esculturas realizadas con materiales reciclados, “EMPAPELARTE”, que durante los meses de
febrero y marzo de 2021 está expuesta en el centro comercial Isla Azul de Madrid.
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