- ¿Sabeis? En dias pasados le comenté a mi señor
padre que estaba adquiriendo lecciones de piano, y él me preguntó:
- ¿A quien habeis escogido - prefguntó -, como maestro?
- Al Maestro Ferenc
- ¿A quien habeis escogido - prefguntó -, como maestro?
- Al Maestro Ferenc
-¿A quién? ¿A ese
jovenzuelo romántico que deambula por los teatros persiguiendo fama?
- Habla perfectamente francs y tiene alumnos de
renombre, los conoceis a todos. No en vano haceis que me siguan a todas
partes.
- Pues he de seguir sus clases a pesar de
vuestro empeño.
- No lo permitiré
- Se ve que vuestro
padre, el Señor Conde, no me tiene gran estima.
Pero ¿habeis visto? El periodico Le temps ha publicado la noticia del
estreno de los Episodios de la Vida de un Artista.
- Lo sé. Mi padre
nos ha privado del placer espiritual de escuchar la sinfonia fantastica de monsieur
Berlioz
-¿Por qué?
- No soporta vernos
juntos. El asistirá al estreno, como ministro del Rey.
- ¿Entonces?
- Ha dado orden de
que no nos permintan el acceso,, por lo que debo compensaros.
- ¿Como?
- A través del poeta
Victor Hugo podreis conocer al autor de la obra, al mismísimo Hector Berliotz
- ¿Cuándo?
En el rostro del
joven Ferenc se dibuja la impaciencia.
- En dos dias a lo sumo.
-Bien, en tal caso
no mie imporará perderme el estreno.
Es domingo. Ha
llegado la hora del estreno.
Frente al
conservatorio sólo quedan los coches de caballos.
La carta es
sencilla. Breve.
El amable cochero
promete entregarle la nota al poeta, y de igual forma hacerle llegar a la joven
la rspuesta.
- ¿Quien eres,
venerada sombra? - Exclamó Héctor Berlioz, al volver a verla, en la quinta
fila, del patio de butacas, entre el público.
Paris, domingo, cinco
de diciembre de 1830
Henrrieta Constanza Smithson, su
diva de siempre, estaba allí, en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación
de París, en el estreno de su sinfonía fantástica,
Framcois-Amtoine Habeneck, el director del
teatro de la Opera y del Conservatorio de Paris, dispuesto a dirigir aquella Sinfonia,
se queda en blanco observando la estupefacción del autor.
Todos los ojos se vuelven
hacia la actriz
irlandesa, recordando
a la Ofelia de Williams Shakespeare del
Teatro Odeón de Paris.
Héctor Berlioz toma
la palabra para sacar del apuro a su mejor amigo.
-
- Madame es una autoridad, y en
ella me inspirado. Se trata del Episodio de la Vida
de un Artista, Es una sinfonía estructurada en cuatro movimientos, y que quiero
dedicar a la propia Ofelia, presente en la sala.
El auditorio en pleno
irrumpe en aplausos.
Es un instante
dilatado.
En la quinta fila del
cnetro del palco, Henrietta Constance Smithson se
pone en pie y agadece los aplausos.
A su lado hay un
asiento vacío.
El director tiene los
brazos abiertos para recibir la atención de los intérpretes y empezar el
concierto
En el silencio que
sigue, se oye el taconeo de unos zapatos de mujer que abandona precipitada el
teatro.
Todos la conocen.
Es Marie-Félicité-Denise Moke.
Los cuchicheos crecen
hasta el punto de que François-Antoine Habeneck, - El Director -, tiene que mandar callar al
Auditorio
Como una ráfaga, pasan por
la mente del autor, los cinco movimientos de la obra: el desamor y el sueño del
suicidio, el deseado baile con su amada, el campo bucólico, la noche, el
cadalso y después el aquelarre.
Baja del escenario
precipitadamente y se sienta al lado de
la actriz.
El eco del Dies Irae
se prolonga hasta el comienzo del concierto
Desde uno de los
palcos laterales so e oye una exclamación:
-¡Viva el romanticismo!
Desde el 5 de
febrero, fecha del estreno de Herani, y los acontecimientos que siguieron en
julio, en los que el Rey Carlos X, había suspendidó la libertad de prensa, el
lujoso carruaje de Victor Hugo estilo Milord era esguido con expectación,
sobretodo cuando se dirige al teatro.
De nuevo los
aplausos., que se van apagando con al comienzo de los Sueños y pasiones. Hector
toma asiento en la quinta fila del palco, junto a su amada y se sumerge en el
sueño.
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