la partida que nos presenta Amanda Vilas tiene hoy un as bajo la manga.
Su sangre todavía goteaba por los bordes de la mesa. Allí se encontraba
él, parado, con
la cabeza sobre la mejor jugada de póker nunca vista y una bala
atravesándole el
cráneo. Mariela no se lo había pensado dos veces, tenía el arma en su
mano y sabía
que no podía dudar si pretendía que el disparo fuese certero. Y ya lo
creo que lo
Sus ojos no dejaban rastro al miedo ni a la pena, y juraría que observé
una leve sonrisa en su rostro mientras contemplaba el espectáculo que había perpetrado.
Y a pesar del
acto que acababa de cometer, ella seguía inmóvil ante el cadáver de
quien había sido su compañero de vida.
- Mariela márchate ya. Si te quedas nadie aquí levantará el arma por ti
– indicó Javier
cogiendo a la chica por el brazo.
Pero ella no se movía.
Los ruidos de la otra sala no tardaron, presagiando que los hombres de
Pablo estaban
al caer. Y así fue. Más rápidos que la bala que acababa de dispararse
irrumpieron en el cuarto con cara de pocos amigos. No hizo falta decir nada, la escena
hablaba por sí sola.
Un cadáver y la chica frente a él sujetando la pistola. Poco más había
que decirles a
esos monstruos para que aprovecharan la oportunidad haciendo lo que
mejor se les
daba.
Se marcharon con Mariela, y nunca más supimos de ella, y nunca intentamos
preguntar. Se la llevaron con fuerza y brusquedad, a pesar de que ella
no mostróresistencia, no intentó defenderse, no quería hacerlo. Se había
resignado, pero no sin Se marcharon con Mariela, y nunca más supimos de ella, y nunca intentamos
antes llevarse por delante al culpable de su rendición.
Y aquí seguimos igual, jugando al póker cada domingo como venimos
haciéndolo
desde hace tres años. Y ahora otro ocupa el lugar de Pablo, impoluto,
sin rastro de la sangre que encharcó el suelo aquel día; pero nadie ocupa el de ella,
porque hombres
como Pablo los hay a montones, pero para nuestra desgracia, nunca
encontraremos
No hay comentarios:
Publicar un comentario