jueves, 23 de noviembre de 2017

ESCRIBIR EN LA RED








Ante mí el teclado, provocando, con un solemne orden establecido de antemano, y mis dedos, nerviosos, luchadores, para guardar en el recuerdo una idea atacada por la amnesia.

Escribir

En la

Red

Escribir. Ya está escrito y me reescribo pues soy yo el autor de la idea que me convence, aunque ignore el valor que  le den  desde esa red que desconozco otros lápices que como yo, gocen de este placer irremplazable, porque  “Por el placer que la creación provoca, escribir se convierte en un vicio imprescindible.
Este ejercicio alimenta el alma, pero además si se trata de esbozar relato breve, - una fotografía instantánea de la vida, con su nitidez, intensidad y contrastes -, la creación pasa a ser una obsesión, cuyo resultado es necesario compartir.”[1]

En “la”.

Esa es la clave.

Imitar lo sublime de la música. Más ¿Cómo hacer

Oficio de gigantes, o de genios.

Multiplicando el dolor de la creación por siete notas.

Por cinco líneas del sublime pentagrama y ponerle voz al gozo.

Y ¿qué es la red?

Es el alma del ahora, también el arma, al fin sólo difieren en una sola letra.

Algo invisible, intangible como la seda de la araña, que me envuelve. Ojos que me adulan, me devuelven una cálida mirada, me atacan, o me ignoran. Ojos al fin desconocidos.

Escribir en la red, una osadía.





[1] “A salto de mata” JOSÉ MARÍA GARRIDO
editorial Lastura 2017


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