Imaginemos el buque Santa Cecilia, en un allegro
cantábile, continuo y sostenutto, en el que los grandes compositores de todos
los tiempos, juntos, interpretasen sus obras, ya sin prisa, sin descanso y sin fatiga,
en un viaje imaginario, a lo ancho de la eternidad, al margen del tiempo y del
espacio, cuando ya Caronte queda atrás, y otras coordenadas encuadren la
razón.
Atados al azar… ¿Lo lees? ¿lo entiendes? ¿cómo
se puede estar atado al azar?
Es la paradoja, a la que a solo se puede responder
con una utopía. más
estimulante si cabe que adentrarse en lo sublime de la música, que perderse en un viaje
virtual en medio de la tierra prometida.
Enseguida
abandono el proyecto original.
***
Se
levanta un poema con dolor y se hacen largos todos los silencios creando
interrogantes sin respuesta.
Esa amiga cruel y poderosa, se subleva detrás de la distancia, cual señora perfecta y transparente, dejándome vivir en el abismo. Al navegar sin rumbo al infinito, Aunque sea rodeado de vestales.
Se acerca el horizonte entre susurros.
La desesperanza que me aborda, el mar, el cielo y todos los recuerdos, se tornan sombra ante la luz perdida
Me busco en la verdad de la utopía sin querer que me invadan los vacíos y solo
encuentro un alma acobardada.
Me hallo en lo frágil de la ausencia para oír una música infinita.
Se aleja dolorida la palabra y yo, con el timón enloquecido, guerreando por causas ya olvidadas más allá de lo eterno de la muerte, me refugi en la escarcha de la duda mirando en lo profundo del pasado, siento el sinsentido de la vida. Y el tiempo que no avanza, me devora
Esa amiga cruel y poderosa, se subleva detrás de la distancia, cual señora perfecta y transparente, dejándome vivir en el abismo. Al navegar sin rumbo al infinito, Aunque sea rodeado de vestales.
Se acerca el horizonte entre susurros.
La desesperanza que me aborda, el mar, el cielo y todos los recuerdos, se tornan sombra ante la luz perdida
Me busco en la verdad de la utopía sin querer que me invadan los vacíos y solo
encuentro un alma acobardada.
Me hallo en lo frágil de la ausencia para oír una música infinita.
Se aleja dolorida la palabra y yo, con el timón enloquecido, guerreando por causas ya olvidadas más allá de lo eterno de la muerte, me refugi en la escarcha de la duda mirando en lo profundo del pasado, siento el sinsentido de la vida. Y el tiempo que no avanza, me devora
DETRÁS DE LA DISTANCIA
Robert Schumann (1810 - 1856)
Al
navegar sin rumbo al infinito, Aunque sea rodeado de vestales.
La
desesperanza que me aborda, el mar, el cielo y todos los recuerdos, se tornan
sombra ante la luz perdida
Se acerca
el horizonte entre susurros.
Se aleja
dolorida la palabra y yo, con el timón enloquecido, guerreando por causas ya
olvidadas más allá de lo eterno de la muerte, me refugio en la escarcha de la
duda mirando en lo profundo del pasado, siento el sinsentido de la vida. Y el
tiempo que no avanza, me devora
Me busco
en la verdad de la utopía sin querer que me invadan los vacíos y solo encuentro
un alma acobardada
Me hallo
en lo frágil de la ausencia para oír una música infinita.
Se
levanta un poema con dolor y se hacen largos todos los silencios creando
interrogantes sin respuesta.
Esa
amiga cruel y poderosa, se subleva detrás de la distancia, cual señora perfecta
y transparente, dejándome vivir en el abismo.
LEAMOS AHORA ESTE FRAGMENTO AL REVÉS
NO PIERDE EL SENTIDO.
lOS M
Los músicos, los lectores, los protagonistas no n notan la diferencia,ese esel secreto de esta ora.
NO PIERDE EL SENTIDO.
lOS M
Los músicos, los lectores, los protagonistas no n notan la diferencia,ese esel secreto de esta ora.
Esa amiga cruel y poderosa,
se subleva detrás de la distancia, cual señora perfecta y transparente,
dejándome vivir en el abismo.
Se levanta un poema con dolor
y se hacen largos todos los silencios creando interrogantes sin respuesta.
Me hallo en lo frágil de la
ausencia para oír una música infinita
Me busco en la verdad de la
utopía sin querer que me invadan los vacíos y solo encuentro un alma acobardada
Se aleja dolorida la palabra
y yo, con el timón enloquecido, guerreando por causas ya olvidadas más allá de
lo eterno de la muerte, me refugio en la escarcha de la duda mirando en lo
profundo del pasado, siento el sinsentido de la vida. Y el tiempo que no
avanza, me devora
Se acerca el horizonte entre
susurros.
La desesperanza que me
aborda, el mar, el cielo y todos los recuerdos, se tornan sombra ante la luz
perdida
Al navegar sin rumbo al
infinito, Aunque sea rodeado de vestales.
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